(ODA) Official Development Assistance
La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) se define como los flujos de recursos y conocimientos dirigidos a países que figuran en la Parte I de la Lista de Países Receptores del CAD y a instituciones multilaterales que figuran en la Lista de Organismos Multilaterales y que:
- son proporcionadas por organismos oficiales, incluidos gobiernos estatales y locales, o por sus organismos ejecutivos; y cada una de cuyas transacciones:
- se administra con el principal objetivo de promover el desarrollo y el bienestar económicos de los países en desarrollo; y es de carácter concesional y lleva un elemento de donación de al menos el 25 por ciento (calculado a un tipo de descuento del 10 por ciento)
La ayuda oficial para el desarrollo busca la mejora de las economías de los países subdesarrollados o que están en desarrollo mediante las políticas y préstamos de las instituciones de crédito del sistema de las Naciones Unidas mundiales a causa de su pobreza y endeudamiento extremos (estos países son conocidos también como países menos adelantados). Los países donantes acordaron destinar el 0.15 % de su producto nacional bruto (PNB) a este grupo de países.
Además de los Estados mencionados se encuentran aquellos con características especiales que requieren de atención especial. Entre estos se encuentran los países en desarrollo sin litoral, los pequeños Estados insulares y los países con economías en transición.
La ayuda oficial para el desarrollo de la ONU tiene dos orígenes. Por un lado, los subsidios otorgados por los organismos especializados, fondos y programas de las Naciones Unidas.
Y, por otro, los préstamos de las Instituciones de crédito del sistema de las Naciones Unidas, tales como el Grupo del Banco Mundial (con un aporte del más de 25,000 millones de dólares anuales en préstamos), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA, con más de 400 millones de dólares anuales aportados en forma de préstamos y subsidios) y el Fondo Monetario Internacional (FMI, que ofrece diferentes tipos de apoyos a los países con dificultades financieras).
Esta asistencia se distribuye entre 130 países. En 1998, esta ayuda se proporcionó principalmente a la ayuda humanitaria (alrededor del 20% de la asistencia total de 5,200 millones de dólares), seguido del sector salud.
La ayuda oficial para el desarrollo era la principal fuente de fondos para el desarrollo. Sin embargo, las inversiones privadas y los préstamos privados han tomado fuerza y han sobrepasado de forma considerable las corrientes oficiales.
Para supervisar las corrientes financieras se encuentran el Banco Mundial y la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), quienes señalan los problemas graves que siguen sin resolver.
Críticas
A pesar de los miles de millones de dólares que se donaron a países en desarrollo durante los últimos 50 años, una cuarta parte de la población mundial vive todavía en lo que las Naciones Unidas califican como pobreza extrema. En muchas partes del mundo, la situación está incluso empeorando: según las tasas de crecimiento actuales, muchos países africanos tardarán 40 años en recuperar la renta que tenían en los años 70.
Según la especialista Patricia Estévez, en primer lugar, estas sumas, aunque considerables, no son suficientes para aliviar los enormes desequilibrios del orden económico mundial, en el que las materias primas exportadas desde los países en desarrollo han perdido más del 50% de su valor comercial en los últimos 15 años. En segundo lugar, por cada dólar de esta ayuda, los bancos se quedan otros tres en pagos de intereses de la deuda externa del Tercer Mundo, por lo que los países pobres incluso acaban pagando a los ricos más de lo que reciben.
En muchas ocasiones, la misma ayuda del país donante pasa directamente al Banco Mundial o al FMI en pagos por endeudamiento y deja a los países empobrecidos sin medios para construir sus propias economías o invertir en gasto social para su población. Según el informe “Ayuda real” de Action Aid International sólo el 40% de la ayuda contra la pobreza es real. El resto se pierde en costes administrativos, intereses comerciales y descoordinación.
Utilización como arma política
En muchas ocasiones, la mayor parte de la Ayuda Oficial al Desarrollo se ha utilizado con fines egoístas. En primer lugar, continúa siendo un instrumento significativo de la política de asuntos exteriores y comercial de un país. Israel recibe más ayuda por persona que cualquier otro país, a pesar de ser una de las 25 naciones más ricas del mundo. La AOD también puede ser un arma política útil, como cuando Estados Unidos condonó a Egipto una deuda de 7.000 millones de dólares por su apoyo a la Guerra del Golfo de 1991. La ayuda ligada ha sido utilizada, de igual manera, para resolver problemas económicos domésticos: en 1986, el Gobierno británico forzó a la India a aceptar 21 helicópteros Westland W-30 para la búsqueda de petróleo cercano a la costa, restando del presupuesto de ayuda británica 65 millones de libras. Esto salvó a la compañía Westland pero no a la India, que terminó vendiendo los helicópteros como chatarra a una empresa británica.
Por su parte, los responsables de Cooperación y Desarrollo de la Unión Europea, se comprometieron en mayo del 2005 a elevar la Ayuda Oficial al Desarrollo hasta el 0,56% del PIB comunitario en el año 2010 con el objetivo de alcanzar la cifra del 0,7% en el año 2015. Esto supondrá destinar al desarrollo 20.000 millones de euros más al año a partir de 2010. Sin embargo el objetivo del 0,7 que fijó la ONU hace 35 años, sólo lo están cumpliendo cuatro países: Dinamarca, Luxemburgo, Holanda y Suecia.
La información sobre la AOD española se elabora y publica en el Plan Anual de Cooperación Internacional y en el Seguimiento del Plan Anual de Cooperación Internacional.
El Plan Anual de Cooperación Internacional (PACI) desarrolla anualmente los objetivos estratégicos y criterios de intervención del Plan Director. Recoge las previsiones de la AOD de la Cooperación Española así como los objetivos y las prioridades horizontales, sectoriales y geográficas de nuestra política de cooperación.